Chalchiuhtlicue ––∈ Diosa azteca de los recien nacidos y enfermos

La diosa Chalchiuhtlicue era una prominente diosa azteca del agua y la patrona de los recién nacidos y los enfermos. El cuarto de los cinco soles aztecas, ella ahogó al mundo cuando cayó del cielo en lágrimas.

Chalchiuhtlicue [Chal-chee-oot-lee-kway] era una diosa azteca del agua y el sol de la cuarta edad; también era la patrona de los recién nacidos y los enfermos.

diosa azteca

Junto con su contraparte Tláloc, era responsable de la llegada oportuna de las aguas necesarias para el éxito de las cosechas.

El agua era la base de gran parte de la vida azteca, y como tal, Chalchiuhtlicue ocupaba una posición increíblemente importante en el panteón azteca.

Etimología

Traducido literalmente, la palabra náhuatl chālchihuitl significaba «corazón de la tierra». Sin embargo, la palabra rara vez se usaba de esta manera, y se utilizaba en su lugar para referirse a las piedras preciosas verdes como el jade y la turquesa.

El nombre de Chalchiuhtlicue se basaba en este significado figurativo, y podía ser traducido como «Jade su falda»; una traducción más común era «Ella de la falda de jade».

Atributos de esta diosa azteca

Como diosa del agua, Chalchiuhtlicue era responsable del bienestar de los océanos, ríos, manantiales y lagos. Sin embargo, Chalchiuhtlicue podía hacer más que simplemente controlar el agua. Sus aguas tenían propiedades curativas y se la consideraba la diosa patrona de los recién nacidos y los enfermos.

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Normalmente se la representaba arrodillada y con un tocado con borlas a cada lado de la cabeza.

Familia

Chalchiuhtlicue estaba relacionada con el dios de la lluvia Tlaloc y los Tlaloques, pero el paso del tiempo ha desdibujado su relación precisa con ellos. De varias maneras, ella ha servido como esposa, hermana y madre de Tláloc.

Mitología azteca sobre ella

Chalchiuhtlicue fue un miembro importante del panteón azteca. Ella fue creada al principio de la formación del cosmos azteca, y serviría como el cuarto de cinco soles.

Los aztecas realizaban sacrificios anuales para sostenerla y pagar la deuda que le debían por sus aguas vivificantes.

Mito de origen

Según el Códice Ramírez (un manuscrito español del siglo XVI que registra las prácticas religiosas aztecas) Chalchiuhtlicue fue creado por Tezcatlipoca, Xipe Totec, Quetzalcoatl y Huitzilopochtli poco después de la creación del mundo.

Según este mito, Tláloc y Chalchiuhtlicue fueron creados simultáneamente como marido y mujer.

Las cuatro divinidades se unieron y crearon a Tlalocatecli y a su esposa Chalchiutlique, a quienes asignaron como dioses del agua, a quienes se comprometían a rezar cuando era necesario.

Mientras que los cuatro dioses trabajaron juntos para formar las deidades del agua, todo lo demás hasta este momento había sido el trabajo de sólo uno o dos dioses (incluyendo los dioses de los muertos, Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, el calendario azteca, el maíz, e incluso la propia tierra).

Este detalle sugiere que los dioses del agua eran tremendamente importantes para los aztecas, y que las lluvias que traían eran primordiales para la supervivencia de la civilización azteca.

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El Cuarto Sol

Según la mitología azteca, ha habido un total de cinco soles, cada uno representado por un dios. El primer sol era Tezcatlipoca, el segundo era Quetzalcóatl, el tercero era Tláloc y el cuarto era Chalchiuhtlicue.

Cuando Chalchiuhtlicue se convirtió en el sol, actuó con gran amor hacia su gente. Un celoso Tezcatlipoca la acusó de fingir sus sentimientos hacia el pueblo para ganar su adoración.

Esta acusación devastó a Chalchiuhtlicue, y ella procedió a llorar lágrimas de sangre durante 52 años, ahogando al mundo en el proceso. Los humanos tuvieron que convertirse en peces para sobrevivir al diluvio.

Según el Códice Ramírez, Chalchiuhtlicue lloró tanto que los cielos mismos se cayeron. Tezcatlipoca y Quetzalcoatl tuvieron que convertirse en árboles enormes para devolver los cielos al cielo.

Sacrificio humano en el lago Texcoco

Los aztecas creían que sus dioses requerían alimento para vivir. Así también, sentían que le debían sus vidas a los dioses del agua, ya que sin las lluvias estacionales seguramente morirían de hambre o de sed. El sacrificio humano servía tanto para alimentar a los dioses como para satisfacer la deuda que los aztecas contraían cada año.

Una vez al año, un niño de 6 o 7 años era sacrificado a Chalchiuhtlicue en el lago Texcoco. Este sacrificio se arreglaba para coincidir con un sacrificio a Tláloc que se hacía en la cima de su montaña homónima.

Hoy en día, el lago ha sido drenado en su mayor parte y sólo existe como un tramo pantanoso en las afueras de la Ciudad de México.

Cultura pop

En su autorretrato de 1940, Freida Kahlo llevaba un collar con los glifos de Chalchiuhtlicue y Tlaloc.

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La antigua planta de la compañía de cuidados de la piel H20 Plus en el centro de Chicago estaba adornada con paneles de azulejos que representaban a Chalchiuhtlicue junto al dios mesopotámico Ea.

En 2015, la compañía cerró la planta y la reubicó en San Francisco. No está claro si el homenaje a Chalchiuhtlicue también fue reubicado.