La mitología zoroástrica, con sus profundas raíces e influencias culturales, sigue despertando fascinación y curiosidad. Esta antigua religión ofrece un rico tapiz de creencias y leyendas que han moldeado no solo la historia de Persia, sino también la de otras culturas a lo largo de los milenios.
El zoroastrismo, conocido también como mazdeísmo, es una de las religiones monoteístas más antiguas del mundo. Fundado por el profeta Zoroastro en la antigua Persia, este credo gira en torno a la adoración de Ahura Mazda, el sabio señor y símbolo supremo del bien. Representa una cosmovisión que destaca la constante lucha entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal, dejando una huella indeleble en la espiritualidad humana.
La mitología zoroástrica es el conjunto de historias y enseñanzas que emanaron de esta fe, revelando un universo donde los seres celestiales y las fuerzas demoníacas están en constante conflicto. Cada aspecto de la vida se ve influenciado por esta batalla, animando a los fieles a elegir el camino de la verdad y la justicia.
El surgimiento del zoroastrismo se ubica entre el primer y segundo milenio antes de Cristo. Nació en el corazón de lo que hoy conocemos como Irán y, durante el periodo del Imperio sasánida, alcanzó su apogeo como la religión estatal. A través de los siglos, ha enfrentado fluctuaciones en su número de seguidores, sobreviviendo a conquistas e influencias de otras religiones.
El legado de esta antigua fe perdura hasta nuestros días, aunque su práctica se ha visto reducida a pequeñas comunidades en Irán y la India, donde son conocidos como los parsis. La historia del zoroastrismo en Persia refleja un viaje de adaptación y resistencia, manteniendo su identidad pese a las adversidades.
La literatura antigua persa, como el ‘Avesta’, ha preservado las doctrinas y liturgias zoroástricas, permitiendo a los estudiosos y creyentes contemporáneos conectar con sus enseñanzas milenarias. Estos textos sagrados son esenciales para entender la profundidad y la belleza de la mitología zoroástrica antigua.
El dualismo es una de las principales creencias del zoroastrismo, presentando un mundo dividido entre la verdad y la falsedad, el bien y el mal. Ahura Mazda, el dios supremo, está en constante conflicto con Angra Mainyu (también conocido como Ahriman), el espíritu destructivo y fuente de toda negatividad.
La salvación en la religión zoroástrica depende del buen pensamiento, buen habla y buena acción (los tres pilares éticos zoroástricos). El juicio después de la muerte determina si un alma se une a Ahura Mazda en la Casa de la Canción o cae en la Casa de la Mentira, dominio de Angra Mainyu.
La importancia del ritual del fuego zoroastrista no puede ser subestimada. El fuego representa a Ahura Mazda y sirve como un símbolo de luz y sabiduría. Los templos del fuego, donde se mantiene la llama eterna, son lugares sagrados de culto en esta tradición.
Zoroastro, conocido también como Zaratustra, es el profeta y fundador del zoroastrismo. Su figura es de gran importancia, ya que fue el primero en recibir la revelación de Ahura Mazda y en enseñar los principios de la religión. Las fechas y detalles sobre su vida son objeto de debate, pero su influencia es insoslayable.
Las enseñanzas de Zoroastro enfatizaban la libertad de elección en cada individuo, instando a sus seguidores a escoger conscientemente entre el bien y el mal. Este enfoque ético y moral es uno de los pilares de la filosofía zoroastrista y ha sido una fuerza motriz en el desarrollo de la religión.
La figura de Zoroastro ha trascendido su tiempo, convirtiéndose en tema de obras de arte y literatura a lo largo de la historia. Desde la perspectiva cultural, Zoroastro es más que un profeta; es un icono de sabiduría y justicia.
Ahura Mazda, el sabio señor, es el eje central de la mitología zoroástrica. Su eterna lucha contra Angra Mainyu define el alma de la religión y sus creencias sobre la existencia humana. La visión de que cada persona debe elegir entre el bien y el mal refleja la responsabilidad individual en la lucha cósmica.
El símbolo de Ahura Mazda, a menudo representado como un ser alado, simboliza el poder divino y la claridad. A través de sus emisarios, los Amesha Spenta, promueve la verdad, la pureza y la justicia en el mundo. Estos seres divinos también representan aspectos de la vida y la creación, fortaleciendo el vínculo entre los fieles y su creador.
La mitología Zoroástrica destaca que la victoria de Ahura Mazda es inevitable, pero requiere la participación activa de la humanidad en la promoción de la justicia y el rechazo del mal. Este mensaje de esperanza y determinación es un legado perdurable del zoroastrismo.
Estas influencias muestran que la mitología zoroástrica ha permeado muchas creencias y prácticas a lo largo de la historia, enriqueciendo así el tejido de la espiritualidad mundial.
A pesar de la disminución en el número de seguidores, la mitología Zoroástrica mantiene su relevancia. Los zoroastrianos modernos continúan observando rituales ancestrales y celebrando festividades que subrayan la importancia de la naturaleza y el cambio de estaciones.
La comunidad zoroástrica, aunque pequeña, es vibrante y comprometida con la preservación de su herencia cultural y religiosa. En lugares como Mumbai y Yazd, uno puede encontrar templos y centros culturales activos que mantienen viva la llama de esta antigua tradición.
En la cultura occidental, la mitología zoroástrica sigue resonando a través de su influencia en obras literarias y artísticas. Compositores, poetas y escritores han encontrado inspiración en sus ricas narrativas, demostrando que su legado perdura más allá de los límites religiosos.
Los zoroastrianos creen en un único Dios supremo, Ahura Mazda, y en la constante batalla entre las fuerzas del bien y del mal. Su fe se basa en la elección personal y la responsabilidad moral, enfatizando la importancia de las buenas acciones, palabras y pensamientos.
Además, el fuego juega un papel central en la adoración zoroástrica, simbolizando la verdad y la divinidad. La esperanza en la futura llegada de un salvador que traerá paz y justicia al mundo es otro componente esencial de su doctrina.
Zoroastro no se menciona explícitamente en la Biblia; sin embargo, se especula que la sabiduría zoroástrica pudo haber influenciado algunas de las ideas y escritos bíblicos, especialmente en libros como Daniel, que contiene referencias a Magos, posiblemente sacerdotes zoroástricos.
La influencia zoroástrica en la tradición judío-cristiana se percibe en conceptos como ángeles, demonios y el apocalipsis, sugiriendo un intercambio cultural y religioso entre Persia y los pueblos bíblicos.
La fe zoroástrica es una religión monoteísta que enfatiza la adoración a Ahura Mazda y la responsabilidad individual frente a la elección entre el bien y el mal. Se caracteriza por sus rituales de purificación, la reverencia al fuego y la promoción de una vida ética.
Esta fe también reconoce la existencia de una jerarquía de seres celestiales y entidades espirituales que interactúan con el mundo y con los fieles, guiándolos hacia el camino de la luz y la verdad.
Zaratustra enseñaba la existencia de un único Dios, Ahura Mazda, y la necesidad de vivir una vida basada en la verdad y la rectitud. Promovía la idea de un juicio después de la muerte, donde las almas serían recompensadas o castigadas en función de sus acciones en la vida.
Su mensaje también incluía la visión de que cada individuo tiene el poder y la responsabilidad de elegir entre el bien y el mal, haciendo de cada decision una parte vital en la lucha cósmica entre la luz y la oscuridad.
Para complementar la información compartida, les presento un video que profundiza en la historia y creencias del zoroastrismo:
La mitología zoroástrica es un campo fascinante que toca muchos aspectos de la vida y la cultura. Su influencia se extiende a la música, con Mozart y su ópera «La flauta mágica», y alcanza la literatura, donde Dante en «La Divina Comedia» y Voltaire en «Zadig» exploran motivos claramente inspirados en la tradición zoroástrica. Este rico patrimonio cultural y espiritual sigue inspirando a millones de personas en todo el mundo, demostrando que su legado será eterno.
Bibliografía:
